El próximo lunes, 11 de febrero vamos a «La granja de los camellos» que se encuentra cerca de Pechina. Hoy en clase hemos realizado talleres que estaban relacionados con esta visita. Uno de ellos consistía en investigar sobre el camello y ésto es lo que hemos aprendido.

EL CAMELLO

Un camello trotando en el desierto y su familia tomando el sol

Un camello trotando en el desierto y su familia tomando el sol

El camello es un mamífero herbívoro que habita en Asia y algunos lugares de África. Tiene unas patas largas y delgadas, cabeza pequeña, orejas diminutas y ojos saltones. Su doble fila de largas pestañas protegen sus ojos durante las tormentas de arena.  Su cuerpo está cubierto de pelos largos y tiene la piel seca y gruesos callos en el pecho y en las rodillas que le permiten soportar su peso cuando se arrodilla, descansa y se levanta. El pelo puede ser marrón, crema y hasta casi negro. Todos los camellos mudan el pelo en primavera y en otoño ya lo tienen crecido otra vez.

Tienen pies anchos, planos, la planta como cuero y con dos dedos en cada pie. Cuando el camello pone el pie en el suelo, la planta se ensancha y así evita que se hunda en la arena.

Un camello adulto mide 1,85 metros de pie a la altura del hombro y 2, 15 metros hasta la joroba.

Puede llegar a pesar 1.400 kilos.

Viven aproximadamente 50 años.

Son rumiantes. Se alimentan de plantas secas y espinosas que encuentran por el desierto y pueden aguantar de 5 a 7 días con poca comida y sin beber agua. Luego pueden beber 90 litros de una sola vez. En sus jorobas guardan reservas de grasa que les ayudan a sobrevivir y les aportarán energía cuando no haya comida. La joroba suele caer hacia un lado al encontrarse sin reservas.  Están perfectamente preparados para aguantar el intenso calor del desierto.

Tienen una sola cría y la gestación dura de 13 a 14 meses.

No tienen depredadores porque son animales domésticos desde hace miles de años.

Tienen fama de estar de mal humor, que escupen y dan patadas, pero los que los tratan dicen que son tranquilos. Por lo general, tienen un carácter pasivo, pero para su defensa suelen utilizar las patadas e incluso su saliva por medio de expulsión desde su boca produciendo una sensación de ardor al entrar en contacto con los ojos.

Se les emplea normalmente como animales de carga, aunque también se aprovecha su piel, leche y carne.

Se diferencia del dromedario en que éste tiene sólo una joroba y el camello dos.